A HeRo's Notes

Notas de Andrew Hernández Romanos

lunes, 28 de mayo de 2018

Autoritarismo y el sesgo de la autoridad


Manifestación

Elegir entre dos candidatos, en este dilema es el que cae ahora sobre los Colombianos con los resultados electorales del pasado 27 de mayo y teniendo en cuenta que el voto en blanco ya no tiene un efecto político. Existe un sector alternativo que parece estar indeciso sobre tomar posición, mientras que los otros bandos ya tienen su voto definido (aunque no sea oficial). En los comentarios de redes sociales se puede notar la dicotomía, pero lo curioso y el motivo de análisis surge al observar un tipo de argumento basado en el Sesgo de la autoridad y el aparente autoritarismo de quienes los esgrimen. Lo ideal sería evitar caer en un error y tener una forma más objetiva de tomar decisiones en general, no solo políticas.

El sesgo de autoridad o principio de autoridad es aquel que nos lleva a aceptar más fácilmente como ciertas las opiniones o afirmaciones de una persona que goce de una posición de poder gubernamental, reputación académica, visibilidad en las redes o que sea una estrella del espectáculo, entre otras. Ese sesgo ocurre desde la infancia pues se nos enseña a respetar y no cuestionar a nuestros padres, profesores y mayores – lo cual no digo que esté mal -. Este comportamiento suele continuar en nuestra etapa adulta, en donde sigue siendo bueno en cuanto al respeto que se debe tener por los demás pero no necesariamente de igual forma en cuanto a NO cuestionar a las autoridades, ya se puede volver un problema a la hora de tomar decisiones. En el mundo académico se usa y se entiende mejor este tipo de sesgo pues, cada vez que se cita a alguna autoridad científica, se puede estar cayendo en una desafortunada falacia: es claro que no necesariamente las cosas son ciertas por quien las dice.

En el mundo político, se suele notar más este tipo de error cognitivo cuando una figura política requiere convocar a las masas que no cuestionan sus propuestas tan solo por su autoridad y posición política o carisma, a votar y apoyar su movimiento y a amedrantar a quien se oponga. Por inofensivo que pueda parecer este tipo de errores (acotándolo al contexto de las redes sociales), puede ir llevando poco a poco al autoritarismo del candidato y hasta de sus seguidores, quienes citan como ciertos todos los argumentos de su campaña. Es decir, no se cuestiona absolutamente nada de lo que diga el líder político.

Haga usted el ejercicio de tratar de argumentar en contra de ellos y podrá tener reacciones tales como “la mayoría está del lado de mi candidato y eso le da la razón”

El autoritarismo empieza a nacer cuando el argumento de sus seguidores se torna falaz, en especial usando los argumentos ad bacolum, ad verecundiam y ad populum. Es fácil encontrar ejemplos de todo tipo, el que más suele molestar es la utilización indiscriminada de bulos tan solo porque el candidato y su grupo cercano lo han dado como cierto. Haga usted el ejercicio de tratar de argumentar en contra de ellos y podrá tener reacciones tales como “jajajajaja”; “Mi candidato y punto”; “tu candidato es el equivocado duélale a quien le duela”; “la mayoría está del lado de mi candidato y eso le da la razón”. Es realmente raro entrar en una discusión en donde se usen fuentes y argumentos elaborados. Si a lo anterior se le suman los efectos del sesgo de confirmación, tenemos la fórmula perfecta para el inicio una sociedad autoritaria.

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¿Y cómo se identifican los síntomas? Según la Red Cultural del Banco de la República de Colombia y características.co, un régimen autoritario se caracteriza por lo siguiente:
  • Culto de personalidad de un líder carismático.
  • Ausencia de una ideología oficial, o si existe alguna ideología, tiende a ser basada en las convicciones personales del líder. 
  • Promoción del miedo como herramienta de control y estigmatización de quien piense diferente. 
  • Una fuerte presencia militar y policial capaz de reprimir cualquier manifestación de protesta. Incluso pueden estar en escenarios como hospitales e instituciones educativas. 
  • Los medios de comunicación son usados como propaganda del régimen. 
  • Un solo partido político tiene el dominio o exige alianzas con los demás a cambio de no exterminarlos. 
  • La constitución se puede manipular según los intereses del líder o partido y dar un aire de legitimidad. 
  • Se violan los derechos humanos continuamente aunque se suelen dar comunicados en donde se desmiente tal comportamiento. 

Estas características se suelen encontrar en los seguidores fanáticos de los partidos políticos que no lo piensan dos veces cuando expresan desear cárcel, exilio y hasta la muerte a sus contrarios. Un tema que no debe ser tomado a la ligera pues el autoritarismo suele ser rodeado de un halo de legitimidad y crecimiento económico por la implementación de sus políticas liberales en cuanto a apertura económica, situación que países como Estados Unidos suelen apoyar (a veces públicamente), pues esto representa un beneficio económico para el gigante del norte. Un ejemplo se puede ver en la dictadura de Augusto Pinochet.

Estamos predispuestos desde la crianza a seguir a nuestros líderes sin reprocharles sus ideales, sin cuestionar sus fuentes de información y afirmaciones categóricas. Lo que suele sumar poco a poco una fuerza capaz de mover a todo un país hacia una dictadura con cara de democracia. Situación que se puede tornar peligrosa para la libertad, especialmente cuando justificamos, apoyamos y hasta sugerimos la represión o exterminio de quien no se adapte a los ideales del partido dominante.

Los invito a reflexionar y cuestionar incluso aquellos ideales políticos más arraigados en su pensamiento, esto es una forma sana de construir un pensamiento crítico y evitar así los regímenes autoritarios.

Referencias:


http://www.elmundo.es/america/2010/11/18/noticias/1290035186.html 

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